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viernes, 2 de septiembre de 2011

Carmin en los labios.

Y se levantó una mañana con carmín en los labios, sonrió y se hizo a un lado en la cama. Sin a penas hacer ruido salió de la habitación la miró y sonrió de nuevo, se sentía entre algodones, y a ella le encantaba.

Él era feliz, se sentia cómodo, muy agusto. Jamás lo hubiera imaginado, había pasado de programar cada uno de sus movimientos a déjarse llevar. Se contentaba con fingir que tenia todo lo que quería, o por lo menos, eso hacía ver.

No había aprendedido a disfrutar.¿Qué ironía más grande verdad?. En su hora de descanso salia a fumar y se encontraba un cartel que lo prohibia, no lo disfrutaba de la misma manera, cuando más prisa tenia y más tráfico encontraba, pasaba el día enfadado, cuando buscaba su ipod como loco y aparecia cuando menos lo necesitaba, maldecía el momento en que lo guardó ahí, cuando se sentía solo y enciendía la televisión para que le hiciera compañía, cuando esperaba un mensaje, pero no se atrevía a encender el teléfono cuando se subía a un columpio sabiendo que se mareaba, pero le gustaba esa sensación de libertad.

Y ahora disfrutaba de todo ello. Aprovechaba los descansos para dejar de fumar, aunque cuando se reunía con los amigos no podía evitarlo. Los atascos, para reírse de él mismo y decidir que a la próxima, saldría media hora antes. Ahora siempre guardaba el ipod en el cajón de su mesita, así sabía donde encontrarlo. La televisión, bueno, seguía haciéndole compañía de vez en cuando. El teléfono ya no le preocupaba. Seguia mareandose en el columpio y experimetando la misma sensación. Hay dos días en los que ya nunca pensaba: Ayer y mañana.

Ella vivía en una nube, estaba radiante, satisfecha.

Es admirable ver la ironía en los demás, la capacidad de verse desde lejos y no tomarse enserio, hasta que aprendes a deleitarte, aprendeis a deleitaros.

Carmín en los labios.

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